Hoy voy a hablar de la vulva, esta parte de nuestro cuerpo que desde nuestra infancia ha sido invisibilizada, como una parte que no se debe tocar, nombrar, ni mirar.
Es muy frecuente que exista confusión a la hora de nombrar a la vulva, confundiéndose con frecuencia con la vagina (la vulva es la parte externa y la vagina la parte interna).
Una actividad muy típica en los talleres de educación sexual que he impartido consiste en pedir al alumnado que dibuje los genitales masculinos y femeninos. Lo habitual, incluso en las personas con vulva, es que se dibuje un pene con unos testículos y la clásica imagen del aparato reproductor femenino de los libros de texto, con el útero, los ovarios, las trompas…
La verdad es que hasta hace poco yo tampoco habría sabido dibujar una vulva. Un pene lo he visto dibujado muchas veces en paredes, puertas de baños, grafitis, etc. Por lo que desde bien jovencita lo sabía representar perfectamente, pero hasta hace pocos años, no había visto dibujos de vulvas por ningún lugar.
Lo que no se nombra, no se mira y no se toca, no existe
No había dedicado el tiempo necesario a mirar mi vulva con un espejo ni era consciente de lo diferentes que son unas de otras. Por tanto no se me había ocurrido, y nadie me había hablado de ello, siempre había sido un tema tabú.
Y claro, lo que no se nombra, no se mira y no se toca, no existe, como el placer femenino, del que por suerte, comenzamos a hablar…
La anatomía completa del clítoris no se conoció hasta 1998. Fue la uróloga Helen O´Connell quien realizó distintos estudios e investigaciones para conocer cómo es realmente este órgano. Estos estudios no se publicaron hasta 2005.
Podemos observar la poca importancia que se ha dado al conocimiento del cuerpo de las mujeres, que tanto ha sido sexualizado. No ha habido interés en conocer lo que a las mujeres respecta. Además eso no tiene que ver con la falta de conocimiento, sino con la ideología.
La sexualidad y sexualización de las mujeres ha sido siempre en relación a la masculinidad hegemónica y a la reproducción.
Nos queda mucho por visibilizar y por tomar nuestro lugar ya que el patriarcado se ha encargado de invisibilizar, ensuciar o avergonzarnos en relación a nuestro cuerpo y nuestra sexualidad. Todo esto tiene consecuencias en la percepción de nuestros cuerpos, de sus procesos y de nuestra sexualidad.
En las sesiones de terapia individual te puedo acompañar en el proceso de conexión con tu cuerpo y con tu sexualidad. Sobre todo desde una perspectiva centrada en tu placer y en tus necesidades.