Fatiga pandémica es como ha llamado la OMS al cansancio y agotamiento derivado de la hipervigilancia y la transformación de nuestras vidas a raíz de la aparición del covid.
Vivimos en una paradoja irresoluble entre el cuidado de la salud física y nuestra salud mental y emocional que junto con la multitud de cambios vitales, los elevadísimos niveles de incertidumbre que estamos sosteniendo y la catarata de emociones que nos está acompañando, hace que gran parte de la población vivamos momentos de ansiedad, miedo, desesperanza, desmotivación, etc.
Imprescindible normalizar la situación
Desde hace ya casi un año estamos teniendo que tolerar un nivel de tensión que va colapsando nuestro aparato psicológico, lo que hace que muchas personas estemos agotadas.
Y mientras, además de todo esto, seguimos con nuestras vidas, haciendo lo que podemos y casi como si nada de esto estuviera sucediendo; no queda más remedio, toca seguir para adelante, pero es agotador.
En esta ocasión quiero hablar de este tema porque considero imprescindible que normalicemos la situación; que le pongamos palabras, que podamos aceptar que muchas estamos tristes, de mal humor, irritables, cansadas, apáticas, desmotivadas, con elevados niveles de ansiedad…
Y ¿Cómo podemos amortiguar esto que puede que nos esté sucediendo? Aceptándolo y exigiéndonos menos, permitiéndonos descansar, buscando huecos para hacer aquello que nos gusta y nos relaja, intentando tratarnos bien…
Es un momento en el que puede aparecer la sensación de soledad ya que el contacto con amistades y familiares está más limitado, por ello es importante identificar tu red de apoyo y tratar de mantener la relación y comunicación.
En la medida de lo posible, tratar de externalizar y comunicar tus emociones puede ayudarte; de algún modo te permitirá normalizar la situación. Estamos en un momento social complicado para muchas personas y al hablarlo podrás observar que a mucha gente le está pasando.
No te creas todo lo que piensas
No te creas todo lo que piensas; la ansiedad es transitoria y su raíz suele estar en los pensamientos. Trata de volver al presente con alguna actividad que te guste y te ayude a relajarte, pero sobre todo, no te juzgues por sentirla.
Limita el consumo de noticias relacionadas con las desgracias causadas por la pandemia.
Si lo necesitas, acude a terapia.
Aquí uno de los temazos que forman parte de mi banda sonora de la pandemia.